La izquierda descafeinada
El Gobierno de coalición PSOE-UP ha confirmado la naturaleza de clase del Estado, un Gobierno, en teoría, de izquierda, demuestra que otro camino lejos de las instituciones no sólo es posible sino necesario.
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El Gobierno de coalición PSOE-UP ha confirmado la naturaleza de clase del Estado, un Gobierno, en teoría, de izquierda, demuestra que otro camino lejos de las instituciones no sólo es posible sino necesario.
La cuestión medioambiental no es solo un legado que el capitalismo deja, sino una de las tareas revolucionarias más importantes: socializar la producción es necesario, pero no suficiente. El movimiento obrero que se toma en serio a sí mismo, es decir, el que aspira a tomar el control de la producción (y no sólo a mendigar un reglamento legal soportable para su propia explotación), se ve obligado a reconocer que la gestión de estos problemas es parte del legado que le deja el capitalismo.
La falta de un proyecto político revolucionario a largo plazo, es una de las problemáticas que persigue a los movimientos sociales en la actualidad. En lugar de dedicar tiempo y esfuerzo a determinar cuáles son sus limitaciones muchos colectivos acaban quedándose en el reformismo, pintándolo de radical, dedicando sus energías militantes al puro oportunismo.
Como despedir sale barato, existe la práctica generalizada entre las empresas de justificar despidos alegando causas objetivas de producción u organización. Entrevistamos a Juampa, despedido por la empresa J.Abad casualmente cuando se encontraba de baja médica.
Después mi experiencia en inspección laboral cabe preguntarse: ¿son las instituciones el lugar donde defender nuestros derechos como trabajadores o son el marco formal bajo el que se parapeta el capitalismo en defensa de sus intereses?
En el movimiento popular se habla mucho de que hay que organizarse; siempre con énfasis en el cuánto, en cómo conseguir que más gente se organice. Sí, queremos más organización, pero tenemos que hablar del cómo. Y del con quién, y para qué, e incluso contra qué o contra quién. En este artículo nos centraremos en la primera parte, en el cómo.
Desde hace unas semanas se viene hablando mucho sobre la crisis de abastecimiento que sufre Reino Unido: estantes vacíos en los supermercados, colas interminables en las gasolineras, carteles anunciando el fin de existencias… Imágenes que el aparato propagandístico de los países imperialistas ha querido siempre atribuir falsamente a países como Cuba o Venezuela son hoy, irónicamente, una realidad que la vieja metrópolis imperial está experimentando en sus propias carnes.
Han pasado más de 4 años desde que el Ayuntamiento de Getafe de Sara Hernandez, despidiera a 26 trabajadores de la empresa de Limpieza Y Medio Ambiente (LYMA). Tras los despidos se inició una campaña por la readmisión que hizo reflexionar sobre la miseria que vive la clase trabajadora, y sobre el significado que cobran la unidad, la solidaridad y la organización.
Para los medios de comunicación, e incluso para el propio tejido militante, existe una distinción entre el fenómeno de la okupación de la vivienda y la okupación de edificios para la creación de Centros Sociales. Ambas son producto de la expropiación ¿qué tan grande es la brecha que las separa? Foto: una de las señas …
La separación entre la okupación social y la okupación política Read More »
Las huelgas encubiertas son a menudo huelgas de celo, un tipo de huelga que consiste en que los trabajadores y trabajadoras cumplan estrictamente la normativa de la empresa, lo que provoca retrasos y pérdida de productividad. ¿Cómo se justifica esta caída en productividad por seguir la normativa? ¿Y por qué es ilegal este tipo de huelga?