El movimiento obrero y la naturaleza
La cuestión medioambiental no es solo un legado que el capitalismo deja, sino una de las tareas revolucionarias más importantes: socializar la producción es necesario, pero no suficiente. El movimiento obrero que se toma en serio a sí mismo, es decir, el que aspira a tomar el control de la producción (y no sólo a mendigar un reglamento legal soportable para su propia explotación), se ve obligado a reconocer que la gestión de estos problemas es parte del legado que le deja el capitalismo.