Las prácticas abusivas de Amazon con respecto a sus trabajadoras son bien conocidas por la mayoría de la clase obrera, por más que la multinacional se esfuerce en lavar su imagen con campañas publicitarias o supuestas campañas “solidarias”.
Con más de 9000 empleadas en el Estado Español repartidas entre sus múltiples centros de trabajo y centenares más trabajando para ellos como falsos autónomos o en empresas de mensajería, Amazon es una empresa cada vez más presente en el día a día.
Las trabajadoras de la compañía han intentado denunciar las condiciones en las que se encuentran en sus centros de trabajo en no pocas ocasiones en el pasado. Amazon siempre ha apostado por boicotear estas acciones de organización de la clase obrera, llegando a contratar a trabajadoras temporales para sustituir a las trabajadoras en huelga y vulnerando así el derecho a huelga de las mismas a través del esquirolaje. También en sus centros de trabajo en el Estado Español se ha visto como han solicitado presencia policial dentro de las propias plantas para boicotear las huelgas de las trabajadoras.
Contratación por parte de Amazon de la empresa de detectives Pinkerton.
La última jugada en esta guerra sucia de Amazon contra aquellos que exigen sus derechos ha visto la luz gracias a la filtración de más de dos docenas de documentos, publicados el pasado mes de noviembre en el medio Motherboard (la sección tecnológica perteneciente a la revista Vice). En estos se han dado a conocer las prácticas de la multinacional con respecto al control de sus empleadas. Se destaca especialmente la contratación por parte de Amazon de la empresa de detectives Pinkerton, perteneciente a la matriz de Securitas. La compañía no ha tardado en emitir comunicados en diversos medios afines para intentar hacer ver que esos servicios son solo, según sus propias palabras, para “determinar si hay un riesgo de seguridad para su gente o sus instalaciones”.
Estos centros de seguridad cuentan entre sus empleados con antiguos analistas militares de alta cualificación
La realidad es que estos mismos documentos demuestran la estrategia de Amazon para el control de la seguridad dentro de sus centros de trabajo. La compañía ha llegado a borrar ofertas en las que solicitaban personal para el control sindical en sus centros de trabajo tras la polémica levantada por la filtración de estos documentos. Según ellos, identifican dos posibles fuentes de amenazas: por un lado están la delincuencia, el extremismo y el terrorismo; mientras que por otro lado valoran las amenazas al “ambiente operativo”.
Parte de las actividades dentro de estos centros de espionaje es el control de las redes sociales de sus empleadas.
En la identificación de estas supuestas amenazas al ambiente operativo se incluye la presencia sindical entre sus trabajadoras, cuántas trabajadoras asisten a cada protesta, el seguimiento de las huelgas e incluso si se han repartido panfletos en dichas protestas y el contenido de los mismos.
Ofertas de empleo para “excepcionales” exlíderes militares.
Toda esta información pasa a manos de los “centros de seguridad” de la empresa, cuya sede se encuentra en Seattle. Estos centros de seguridad cuentan entre sus empleados con antiguos analistas militares de alta cualificación, cuyo objetivo no es otro que el control exhaustivo de sus empleadas. En la misma publicación de Vice se demuestra que la retórica de Amazon sobre este control no es más que papel mojado, pues parte de las actividades dentro de estos centros de espionaje es el control de las redes sociales de sus empleadas más conflictivas, llegando a crear perfiles falsos en las redes para intentar mantenerlas controladas.
Amazon teme al poder de una clase obrera consciente y organizada.
Pero estos centros de inteligencia no limitan su presencia a los Estados Unidos de Norteamérica. Entre las ofertas de empleo de Amazon para el Estado Español se pueden encontrar solicitudes para “excepcionales” exlíderes militares. La multinacional intenta hacer ver que este programa para la captación de exmilitares es sólo un programa para veteranos, cuando en el Estado Español una posición como oficial o suboficial en el ejército es permanente y el número de veteranos con estas categorías es casi inexistente. Viendo la progresión de la captación de antiguos activos militares en otros estados, no es difícil imaginar que en el Estado Español se busca emplearles de igual manera en el control y espionaje de sus empleados.
Amazon ha amasado su fortuna y su posición gracias a una poderosa red de evasión fiscal y a la explotación de sus trabajadoras en colaboración con los estados donde tiene presencia. La clase obrera no ha cedido sus derechos sin pelear, y la resistencia de la misma ante las presiones de la compañía ha llegado incluso a conseguir que esta se organice de manera internacional en el pasado para coordinar acciones de boicot y huelga en diversos estados. Amazon teme al poder de una clase obrera consciente y organizada, es por eso que en su lucha contra la organización de las trabajadoras ha iniciado una campaña para intentar evitar que aflore cualquier forma de resistencia.